Diana Vreeland
La editora de moda y creadora de desfiles en el Metropolitan Museum of Art de NY, falleció en un hospital de new york, de un ataque cardíaco. Fue editora de Harpers Bazaar (1937-1952), publicación que abandonó para ocupar el puesto de redactora jefe en Vogue hasta 1971. Durante estos años estableció una estrecha relación profesional con el fotógrafo Richard Avedon, relación que inspiró la película Funny face, interpretada por Fred Astaire y Audrey Hepburn.
A partir de 1973, Vreeland organizó los desfiles; de moda anuales en el Metropolitan, que atrajeron a más de un millón de visitantes al año y que hicieron del museo un centro internacional de moda.
A partir de 1973, Vreeland organizó los desfiles; de moda anuales en el Metropolitan, que atrajeron a más de un millón de visitantes al año y que hicieron del museo un centro internacional de moda.
fuentes: el país/coolandchic
¿Por qué no le pones mermelada de frambuesa a tú té helado?, ¿Por qué no pintas un mapamundi en la habitación de tus hijos para que no tengan un punto de vista provinciano?, ¿Por qué no forras el cabecero de tu cama de seda amarilla para que vuelen mariposas en él?, ¿Por qué no llevar mitones violetas con todo tu ropero?, ¿Por qué no pedir a Elsa Schiaparelli un cinturón de celofán con tu nombre y teléfono?, ¿Por qué no una alfombra de piel de leopardo en el baño y otra beige en tu silla?, ¿Por qué no?
Un texto sobre Diana que me gustó muchisimo:
[...]una de las pocas mujeres que, dirían frases para la posteridad. Ella dijo: “No temas ser vulgar” y, “Demasiado buen gusto, aburre”.
Al principio, estas sentencias pueden resultar, como poco, curiosas. Lo cierto es que son acertadísimas. ¿Cuándo fue Chanel elegante o lo suficientemente reconocida? Cuando todo el mundo vestía igual que ella porque, antes, ella reconoció que, tuvo que soportar muchas carcajadas. Diana Vreeland no era la más elegante, tampoco la más sofisticada y distaba, mucho, de ser la más bella pero era como Elsa Schiaparelli o como Coco Chanel, mujeres que a pesar de no haber sido verdaderas bellezas, tenían algo, el je ne sais quoi francés, allure, encanto y un poder fatal. Como diría Poiret a Schiaparelli “Una mujer como usted no se preocupa por esas cosas (…)” O, en el otro extremo del mundo, ¿Cuándo cansa una casa pulcramente arreglada, con ramos de rosas de té y una dama y señora -o no- con collar de perlas, bolso Chanel y que sigue el esquema de “soy una mamá muy sencilla con mis pantalones deportivos pero imponente con unos zapatos de cuatrocientos dólares? Al minuto y, eso es porque es perfecto. Quizás sea por eso por lo que Diana Vreeland dijo “Pinta cada una de las puertas de tu casa de los colores de una flor. ¿Qué te vas a cansar de ellas? De eso se trata”
Ahora se echa mucho, muchísimo, de menos a Diana Vreeland y a Carmel Snow. A Diana más, por ser una diva de esas que hay que escribir con mayúsculas, con tinta dorada que no se borra con el paso del tiempo. Diana Vreeland era una verdadera dama, de la generación de mujeres que vieron trabajar como algo divertido pero, una dama fascinante.
by cool and chic
Richard Avedon (1923-2004)
Reputado fotógrafo de modas y gran retratista, comenzó su carrera profesional en los años 1950 realizando espléndidos trabajos de moda para la revista Harper's Bazaar, donde acabó convirtiéndose en Jefe de Fotografía. Posteriormente, habría de colaborar igualmente con otras revistas como Vogue, Life y Look. Sin duda alguna, fue el gran fotógrafo de la moda durante los años 1960 y 70. En sus trabajos consiguió elevar la fotografía de moda al rango de lo artístico, al conseguir acabar con el mito de que los modelos debían proyectar indiferencia o sumisión. Por el contrario, en sus fotografías los modelos eran personajes libres y creativos en sus gestos dentro de escenarios dinámicos y bajo esquemas compositivos previamente decididos.
Algunas de sus fotografías:
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